jueves, 19 de noviembre de 2009

PRODUCCIÓN Y PUESTA EN ESCENA DE UN GUIÓN DRAMÁTICO

Los chicos de 2° 3° y yo, su profesora de Lengua y Literatura, queremos compartir con todos ustedes un guión dramático escrito por la alumna María Victoria Alarcón. La consigna consistía en escribir una versión moderna y resumida de la obra de teatro La Nona, es decir, ambientada en esta época, con situaciones, conflictos, lugares y expresiones lingüísticas actuales. Se podía realizar todos los cambios necesarios, incluso modificar el desenlace, pero manteniendo la esencia de la obra original de Roberto Cossa. Considero que, por su calidad literaria, el texto merece difusión y amerita ser representado.
Por eso, dedicamos nuestro tiempo y esfuerzo a la preparación de la puesta en escena, que requirió de varios ensayos. Mañana será el último ensayo en el aula y el martes la representación formal en el SUM; en ambos casos, durante la segunda hora.
Agradezco a los profesores del Proyecto de Lectura, sobre todo, a Adriana Maggio y a Guillermo Birari, por el estímulo y apoyo que nos brindan.
Para que vayan conociendo la obra y la disfruten, se las transcribo a continuación.
Prof. Graciela Torres


VERSIÓN MODERNA DE LA NONA

AUTORA: Victoria Alarcón.
COLABORADORES: Anabella Escobedo, Ariel Sciolla y Gustavo Sosa.

ESCENOGRAFÍA: Carolina Molina y Andrea Rastelli.

PERSONAJES
LA NONA...............Carolina Herrera
MARÍA.................Antonella Antivero
ANYULA................Ingrid Ruíz
MARTA.................Evelyn López
CARMELO...............Mariano Ciriaci
CHICHO................Javier Espínola
DON FRANCISCO.........Francisco Quiben


TEXTO

La acción transcurre en una casa pequeña, de pocos recursos, en un humilde barrio porteño. María, esposa de Carmelo, y Anyula, hija de la nona, se encuentran sentadas. Entra Carmelo, nieto de la nona, el único hombre de la familia que trae dinero a la casa.
Carmelo: ¡Ay!, qué cansado estoy. (Se sienta a la mesa del comedor, con cara de preocupación le comienza a hablar a María.) Trabajo casi veinte horas todos los días, no sé si llegamos a fin de mes.
María (Con bronca, ya cansada de decirle siempre lo mismo, le grita.): Carmelo, ¿qué querés? ¡Si el único que trabaja sos vos! ¡También tendría que trabajar el viorsi de tu hermano!
Carmelo (Defendiendo a su hermano.): ¡Pero Chicho es compositor de reggae! En algún momento…
María (Interrumpe.): ¿Qué mierda compone? Si se lo pasa fumando todo el día.
Carmelo: Pero si sabemos que el problema es otro…
Nona (Entra caminando medio renga y se dirige a la mesa en busca de comida.)
María: ¡Tome, nona, tome! Coma este pan, en un rato serviremos la pasta.
Carmelo: ¡Y para colmo esta vieja que no para de comer ni un segundo!
Chicho (Entra fumando.): Ah, ¡qué día más groso! Estuve componiendo todo el día en la placita. (Chicho es el hermano de Carmelo, compone canciones y vive en casa de su hermano.)
María: ¿Está fresco afuera?
Chicho: Sí, ¿lo hago pasar? ¡jajajaja!
María (Lo mira con mala cara.): ¡No te hagás el vivo! A ver, cantame algo a capella.
Chicho: Fumando vamos a casa, cultivando weed, quemando buena ganjah.
Anyula (Mira emocionada a Chicho.) ¡Ay, sos todo un artista!
Nona: ¡Pasta, pasta, pasta!
Chicho: Serví la pasta, María. (Terminan de comer.)
Nona: ¡Boglio di piu! (Significa ‘¡quiero más!’.)
Carmelo: Vaya a acostarse, nona. Llévese este pancito. (La nona se va.)
Anyula: Yo me voy a roncar un rato.
Chicho: Sí, vaya, vaya. (Se retira Anyula de la escena y se va a acostar.) Yo también me voy a dormir un rato.
Carmelo (Detiene a Chicho.): ¡Eh, aguantá!
Chicho: Naaah, tengo sueño viejo.
Carmelo: Vos y yo vamos a hablar.
Chicho: ¿Vos y yo? ¿Vos? ¿Yo? ¿Yo y vos?
María: ¡Callate, boludo!
Carmelo: ¡Callate y escuchá!
Chicho: ¿Pasó algo malo?
María: Pasa que vos con tus composiciones, eso que vos llamás “trabajo” (hace signo de comillas con sus dedos), no aportás ni un granito de arena.
Carmelo: Por eso te conseguí un laburo.
Chicho (Se dirige a Carmelo quejándose.): ¡Pero si yo trabajo!
María: ¡Sí, usando las manos! Si te rascás todo el día.
Chicho: Pero ¿por qué tengo que trabajar?
Carmelo: Porque la vieja no para de morfar y no llegamos ni a la última cena.
Chicho (Como no quiere ir a trabajar, piensa y manda lo primero que se le ocurre.): Si el problema es la nona, la llevamos a una feria y la ponemos como fenómeno. Y le tiran maíz, panchos, hamburguesas, pasta. (Empieza a discutir con Carmelo.)
Nona (Entra en escena.): Pasta.
Marta (Entra Martita, hija de Carmelo y de María, trabaja de prostituta, pero les dice a todos que trabaja cuidando rosas.): Hola, mami. (Le da un beso a María.) Hola, papi. (Le da un beso a Carmelo.)
María: ¿Adónde vas?
Marta: A los rosedales.
María (La mira desentendida.) ¿A qué? ¿Qué vas a hacer ahí?
Marta: Voy a cuidar las rosas. (Para ponerle onda a la conversación, empieza a cantar.) ¡Más, dame un poco más!
Nona (La mira con mala cara.)
María: ¡Váyase a dormir, nona!
Nona: Maaa… (Tonada italiana, se alarga la “a”, significa ‘pero’)
Marta: Ma, me voy, que llego tarde.
María: Cuidate, piba.
Marta: Sí, sí, chau. (Marta se va.)
María: Chau, yo me voy a soñar un rato. (Se va.)
Chicho (Termina la discusión con Carmelo y se siente exhausto.): ¡Qué cansado estoy! Me voy a la cama con la revista.
Carmelo: Bueno, andate. ¡Mañana, a laburar!
Chicho: Sí, sí, dale, te espero acostado. (Lo dice sarcásticamente y se va.)
Carmelo: Dios mío, ¿qué voy a hacer con este hombre? ¿Lo tiro debajo del tren? No, tengo que tomar un taxi. ¿Lo dejo en el Central Park? Ja, qué antiguo. ¿Y si le doy una chocolatada con veneno? Sí, eso está bueno. (Hace como que piensa.) No, pero gasto plata… ¡Uy, qué bajón! ¿Qué carajo voy a hacer?

Al otro día, Anyula se levanta y está todo desordenado. Comienza a ordenar. Luego de media hora, se empiezan a levantar todos.
Chicho: Hola, vengo a flotar. (Se sienta.)
Anyula (Canta.): Vuela, vuela.
María (Entra.): ¿Qué hacen? ¿Están drogados?
Chicho: Jaja, ¡aguante la vida!
María: ¡Por Dios!
Chicho: Descubrí la manera de librarnos de esa vieja podrida.
María: Pero ¿qué decís, Chicho?
Carmelo (Entra en escena.): ¡No seas malo, es la nona, tu única abuela!
Chicho: ¿Escuchás conversaciones?
Carmelo: Sí, ¿y? (Se sienta.)
Chicho: Nada, nada. Bueno, si el problema es la nona, ¿de qué te quejás? Consigámosle un laburo en el McDonald¨s, mientras trabaja come. Dos pájaros de un mismo tiro.
Anyula: Pero lo funde.
Chicho: Bah, problema de ellos.
María: No, imposible. Además tiene como ciento diez años, nadie la va a contratar.
Marta (Entra en escena.): ¡¡Holaaaa!! ¡Llegó la alegría! (Los mira a todos.) Eh, ¿por qué esas caras tristes?
Anyula: Porque no sabemos qué hacer con tu nona…
Marta: ¿Por qué no la mandamos a plaza de Mayo a vender maíz disfrazada de paloma?
Carmelo: ¡Pero dejate de joder, Martita, estamos hablando en serio!
Chicho: ¿Disfrazada de paloma? ¿Y si se nos va volando?
María: ¿Escuchás lo que decís, Chicho?
Chicho: Perdón. Che, ¿y si la mandamos al matadero como vaquita?
Marta: ¿Pero quién va a querer esa carne toda podrida, olorosa y baqueteada?
Carmelo: ¡No seas mala, Marta!
Marta: ¡Ay, nadie me deja opinar! Me voy a trabajar.
María: Está bien, andá… ¿Te cambiaron el turno?
Marta: Sí, eh… solo por hoy, así que nos vemos a la noche. (Se va.)
Anyula: Che, me voy a bañar, que estoy toda sucia. (Se va.)
Nona (Entra.)
María: Coma, coma y cállese la boca.
Carmelo (Mirando a la nona.): ¿Qué carajo vamos a hacer?
Chicho: Yo ya dije, pero no escucharon.
La nona se acerca y pide comida.
María: Tome. ¡Dios mío!
Chicho: No entiendo por qué no la podemos mandar a trabajar a ella.
Carmelo: ¿Sos o te hacés?
Chicho: ¿Qué cosa?
María: Es.
Chicho: En serio, mandémosla a trabajar. La idea de plaza de Mayo estaba buena.
La nona mira sonriente.
María: Venga, le voy a dar de comer. (Se la lleva.)
Carmelo: No se me ocurre nada.
Chicho: ¡Tengo una idea!
Carmelo: ¡No! Tus ideas no sirven, son cualquier cosa.
Chicho: ¡Esta es en serio, fuera de joda!
Carmelo: A ver, escupila.
Chicho: Conozco a un señor, don Francisco, que trabaja en un McDonald’s de acá nomás.
Carmelo: ¿Vos decís el que está en la caja?
Chicho: ¡Oh, yes, ese mismo!, así que me fui a hablar con él para convencerlo de que se case con la nona.
Carmelo: Pero…

Chicho se retira y se va al McDonald’s en busca de don Francisco como último recurso para librarse de la nona. Llega al lugar y hace la cola para hablar con don Francisco. En escena hay un mostrador y una mesa con dos sillas.
Don Francisco: Buenos días, ¿qué va a pedir?
Chicho: Hola, don Francisco, no quiero nada, sólo vengo a…
Don Francisco (Interrumpe.): ¿Quiere su cajita feliz?
Chicho: ¡No, no! Yo sólo quiero…
Don Francisco (Interrumpe de nuevo.): ¿Le agrando el combo por $ 2?
Chicho (Pierde la paciencia.): ¡Escuche, sólo quiero hablar con usted!
Don Francisco: Bueno, espere, que mi turno ya termina.
Chicho se va a sentar y llega don Francisco.
Don Francisco (Se sienta.): ¿De qué quiere que hablemos?
Chicho: Vengo a hacerle una propuesta con la que se asegure la vida, ya no tendrá que trabajar más.
Don Francisco: Mmmm… A ver, ¿cómo?
Chicho: Conoce al señor Leonel Messi?
Don Francisco: ¡Ju-ga-do-ra-zo!
Chicho: Bien ahí. Bueno, ¿vio la nona?
Don Francisco: ¿Esa vieja?
Chicho: Sí, ta podrida, pero tiene algo fuerte.
Don Francisco: ¿La pierna derecha?
Chicho: Aparte es la representante de Messi.
Don Francisco: Boe, me voy. (Se levanta, porque piensa que Chicho lo está cargando, pero este lo agarra del brazo antes de que se vaya.)
Chicho: ¡Alto, es verdad!
Don Francisco: ¿Cómo hago para creerle? Porque es extraño.
Chicho: Mire. (Saca un papel con una firma trucha de Messi.) Mire lo que tengo.
Don Francisco: ¡Dios mío! (Se lo quiere sacar.)
Chicho: Apa. (Se guarda el papel.) No, no, no… Es sólo para demostrarle que era verdad. Peeeero, no sólo esto. Del Potro, ¿le suena?
Don Francisco: Del Pro… Pro… Pro… (Tartamudea.) ¿Del Proto?
Chicho: ¡Del Proto no! Del Potro, el tenista.
Don Francisco: ¿El que ganó el US Open?
Chicho: ¡El mismo!
Don Francisco: Pero ¿qué tiene que ver él?
Chicho: Eeh… (Se queda unos segundos pensando.) Es el nieto del hijo del primo del tío del abuelo de la madre… por parte de la nona.
Don Francisco: ¡Qué familia!
Chicho: ¿Vio?
Don Francisco: ¿Pero qué pasa con él?
Chicho: Le cuento, la nona tiene mucha plata. Cuando se muera, QUE ES DENTRO DE MUY POCO TIEMPO (resalta lo último), va a dejarnos una gran herencia.
Don Francisco: Aham…
Chicho: Entonces, ¿no se quiere casar con ella?
Don Francisco: ¿Eeeh, está loco?
Chicho: Piénselo, puede ser que, si se casa, cuando ella se muera sea millonario.
Don Francisco: Pensándolo bien, me gusta la idea.
Chicho: Pero usted se la tiene que llevar.
Don Francisco: ¿Me da noche con Martita?
Chicho: No, yo se la doy con la nona la noche.
Don Francisco: Pero…
Chicho (Interrumpe.): Nada, nos vemos, ¡venga a la noche a casa a morfar, vamos a hacer algo rico! ¡Chau!
Don Francisco: ¡Hey!

Chicho vuelve a la casa.
María: Chicho, ¿adónde fuiste?
Chicho: A comer a McDonald’s.
María: ¿Cómo a McDonald’s?
Chicho: Tenía hambre. (Se sienta.)
María: Bah. (Se sienta.) ¿Qué te dijo don Francisco? Carmelo me contó que tenías un plan… Si es que este funca.
Chicho: Sí, este va a funcionar. Yo fui a hablar con don Francisco para que se case con la nona y se la lleve con él.
María: ¿Qué hiciste qué?
Chicho: ¿Tas sorda? (Grita.) Que hable con…
María (Interrumpe.): ¡Escuché!. ¿Y qué te dijo?
Chicho: Que se va a casar con ella.
María: ¿Qué hiciste para que aceptara?
Chicho: Le dije que ella estaba enamorada de él desde el primer momento en que lo vio y que tiene mucha plata que él puede heredar.
María: Ajá, ¿y qué te dijo?
Chicho: Que acepta. Le dije que era la manager de Del Potro, jajaja. ¡Se lo comió el viejo ese!
María: ¿Y qué te dijo?
Chicho (La mira mal.): Cúcheme, mejor me voy a la placita un toque. Prepare algo rico para la noche, que viene a morfar él. (Se va.)
María: Pero ¿qué le dijo?

Se hace de noche, y llega don Francisco.
Don Francisco: ¡Hola, familia!
Carmelo: Hola, don, ¿cómo le va?
Don Francisco: Todo bien.
Chicho (Entra.): ¡Francisco!
Don Francisco: ¡Chichito!
Chicho: ¿Todo bien?
Carmelo: Sí, Chicho, andá a llamar…
Chicho va a buscar a la nona. Ellos entran.
Carmelo: Don, acá está la nona. Vamos, Chicho.
Chicho: Disfruten, ya mismo está la comida.
Chicho y Carmelo se van.
Don Francisco: Ho…, hola. (La nona hace un gesto de disgusto.) ¿Ta feliz de casarse conmigo?
Nona (Grita.): ¡Boglio mangiare! (Significa ‘quiero comer’.)
Don Francisco (Se asusta.): Eeh, le traje esto.
Nona (Lo agarra.): ¿Hamburguesa?
Don Francisco: Sí… ¿Le gusta?
Nona (Come.): Siií, Squisto. (Significa ‘sí, exquisito’.)

Una semana después se casa don Francisco con la nona, pero no se la lleva, sino que se muda con ellos. Ya en la casa, la nona le empieza a pedir hamburguesas, papas… Don Francisco está en el trabajo pensando cuándo se va a morir la nona, y está tan distraído que, mientras camina, no ve que el piso está manchado con aceite; esto provoca que se resbale y se rompa la columna, con lo cual queda inválido. Está una semana en el hospital; luego lo mandan de vuelta a la casa y tiene que estar todo el tiempo acostado.
Chicho, Carmelo y María se encuentran sentados.
María: ¿Y ahora qué vamos a hacer?
Chicho: Hay que cuidar al viejo, no se puede mover.
Carmelo: Pero con don Francisco tenemos más gastos.
Chicho: Lo podemos poner en la plaza, que cante algo y la gente le deje unas moneditas.
Carmelo: ¡No, vos vas a ir a trabajar. ¡Si el otro está postrado en la cama!
Anyula (Entra.): ¡Ah, Dios Mío, qué cansada que estoy! (Se sienta.)
María: ¿Cuánto vendiste hoy?
Anyula: Vendí… cincuenta mangos.
Carmelo: ¿Sólo eso? Nos estamos fundiendo y voy a tener que vender el puesto de diarios.
María: ¡Pero eso es con lo que vivimos!
Carmelo: Si lo vendo, vamos a tener más guita.
Anyula: Si querés, voy a trabajar a la noche.
Chicho: No, es demasiado arriesgado. Mandemos a la nona, ya se los dije.
María: ¡Entendé que no podemos mandar a la nona! ¡Es una anciana! Andá vos, que estás todo el reverendo día al pedo.
Chicho (Exaltado.): ¡Bueno, si querés que vaya a laburar, voy a ir! (Se va.)
Carmelo: ¿Y a éste qué bicho le picó?
Anyula: Dejalo, tal vez consigue algo bueno y trae plata… Me voy a bañar, gente. (Se va.)
Carmelo: ¿Confiamos en Chicho?
María: Hay que probar.
Marta (Entra.): Familia, acá tienen lo poco que conseguí.
Carmelo: ¿Cuánto tenés?
Marta: Seiscientos pesos.
Carmelo: ¿Tan poco?
Marta: ¡Bueno, che, tampoco les voy a vaciar la billetera!
Carmelo: Pero, si trabajás en un vivero, la plata no les va a faltar.
Marta: Ejem, bueno, a ellos sí.
María: Bueno, Carmelo, algo es algo.
Marta: Me voy a seguir trabajando, ¿sí? Más tarde vuelvo. Chau, viejos.
Carmelo: Chau, hija.
María: Suerte.
Cuando se va Martita, justo se choca con la nona.
Marta: Eeh, nona, ¿cómo le va?
Nona: Bene, bene, mangiare.
Marta: Pídale a papá, nona. ¡Chau, nona!
Nona: Mangiare.
Carmelo: Venga, siéntese. (Se sienta.)
María: Tome.
Don Francisco (Grita. Se oye su voz, no aparece en escena.): ¡Martita, no te vayas!
Marta: Me tengo que ir, don Francisco. ¡Después voy!
Don Francisco (Voz en off.): No, vení, que te necesito.
Marta: Llego tarde, abuelito, nos vemos. (Se va.)
Carmelo: María, con estos seiscientos pesos de Martita ¿qué hacemos?
María: Y… comprar remedios y alguna que otra cosa. (La nona pide comida.)
Carmelo: ¡¡Cállese la boca, la puta madre!! (La nona se asusta.)
María: Nona, vaya a la cama que ahora le llevo más comida, ponga la tele, canal italiano, que ahí voy. (La nona se va.)
Carmelo: ¡Esta vieja nos está matando!
María: Ya no sé qué más podemos hacer. (Se toma la cabeza.)
Carmelo (La abraza.): ¡Vamos a poder, vas a ver! (La suelta y se miran.) Sólo hay que tener más fe.
María: Ya la tengo toda gastada. (Suspira.) Me voy a llevar algo a tu nona y a don Francisco.
Don Francisco (Voz en off.): ¿Me llamaron?
Carmelo (Grita.): ¡No se meta!
Don Francisco (Voz en off.): Me llamaron. ¡Me necesitan! ¡¡Martitaaaaa!!
María: Vos te encargás de él. (María se va. Entra Chicho.)
Chicho: Che…
Don Francisco (Grita fuera de escena.): ¡Me llamaron! ¡¡Martitaaa!!
Carmelo (A Chicho.): Aguantame un segundo. (Se retira a la habitación de don Francisco y se oye un golpe.)
Don Francisco (Voz en off.): ¡¡Aaaayy!!
Carmelo (Vuelve.): ¡Y deje de gritar, si no, va a ser más fuerte!
Don Francisco: ¡¡Martita!!
Carmelo: ¡Cállese!
Chicho: Pobrecito, ¿sigue sin poder levantarse?
Carmelo: Sí, Dios, no doy más. (Se sienta.) Martita trajo plata, pero sólo $ 600.
Chicho: No nos alcanza, pero yo tengo la solución para deshacernos de los dos viejos podridos.
Carmelo: ¿Cómo?
Chicho: Mirá lo que compré. (Saca un frasco con veneno.) Esto es capaz de matar a un rinoceronte.
Carmelo: Con la nona no nos alcanza.
Chicho: Bueno, le ponemos ocho gotas, y si no la matamos pasamos al plan “B”.
Carmelo: ¿Cuál es?
Chicho: La dejamos en la villa un viernes a las cuatro de la mañana y nos vamos. Que sea lo que Dios quiera.
Carmelo: Bien, dale, poné las gotas. (Chicho trae un vaso de agua y empieza a contar las gotas.? Uno, dos, … cinco, ocho,… quince.¡Listo!
Carmelo: ¿No va a sufrir, verdad?
Chicho: No creo. A ver, leo los efectos secundarios: “vómitos, diarrea, posible ceguera, picazón, ronchas, salpullidos e incluso la muerte. ¡Warning!: no dar a personas menores de noventa años”.
Carmelo: Espero que no le den vómitos. ¿Quién le agarra el pelo, si eso ocurre?
Chicho: ¡De eso te hacés cargo vos!
Carmelo: Pero…
Chicho (Interrumpe): No jodás, aguantá que pase. Llamo a la vieja. ¡Nona! ¡Hay morfi!
Nona (Entra corriendo desesperada): ¡¡Mangiare, Il mangiare!!
Chicho: Tome, nona, tómese este rico juguito.
Nona: ¿Jugo?
Chicho: Es jugo… gusto a agua. (Carmelo lo mira y se golpea la frente.)
La nona toma el veneno, empieza a temblar. Carmelo y Chicho piensan que está muerta porque está inmóvil. Pero de golpe, la nona se levanta y empieza a pedir comida.
Chicho: Nona, vamos a ver a don Francisco. Vamos. (Triste.)
La nona y Chicho se van.
Carmelo: ¿Qué vamos a hacer?

Así pasan dos semanas en las cuales la familia está peor. No tienen dinero ni para pagar las cuentas. Se sienten terriblemente.
Un día, se encuentran Anyula, María, Carmelo y Chicho sentados, y llega Martita.
Marta: ¿Qué onda ustedes? Esas caras largas me dan ganas de vomitar.
María: ¿Qué cosas querés que hagamos? NOS ESTAMOS MURIENDO.
Chicho: Literalmente. (María lo mira con mala cara.) Perdón.
Carmelo (A Marta.): ¿Vos por qué estás tan feliz?
Marta: No sé si contarles. (Se sienta.) Bueno, si insisten tanto, les cuento. Resulta que hace dos semanas tuve un cliente (tose) y bueno… (Grito.) ¡ESTE SEÑOR SE ENAMORÓ DE MÍ!
Anyula: ¿Y?
Marta: Menos onda vos, Anyula.
Carmelo: ¡Marta!
Marta: Boe, ¡y este tipo me propuso casamiento! ¡Y yo dije que sí!
María y Carmelo (Se levantan de la silla.): ¿Cómo?
Marta: ¡Sí! ¿No están felices?
María: Pero decís que lo conocés hace dos semanas.
Chicho: Muy mal.
Marta: Pero es amor a primera vista.
Carmelo: ¿Cuántos años tiene?
Marta: Bueno, emm… sesenta y tres.
Chicho: ¡Roba cuna!
María: ¿Estás loca?
Marta: ¡Lo amo!
Chicho: Es grande.
Marta: ¡Entiendan!, es viejito y arrugado, pero todo un caballero. Me trata como una reina, me compra cosas, tiene plata y…
Chicho (Se para, la interrumpe.): Qué viva. ¿Cómo se llama?
Marta: Carlos.
Chicho: ¡Que viva Carlos!

Después de la discusión de Martita con su familia, aceptan que se case. Al mes, ya tienen todo listo y preparado. Ellos hacen una gran fiesta a la que concurren cuatrocientas personas.
Don Francisco está triste porque su amor se casa, pero feliz porque Carlos le pagó una operación para arreglarle la columna, y ya puede caminar. Y se implantó cabellos. La nona toma todo lo que quiere a cada momento, está feliz. Anyula se mudó a una casa nueva, pero ella sola, con todo equipado y trabajo. Chicho se fue a una vivienda como él siempre soñó, con una habitación exclusiva para probar temas cuando quiera, y una compañía discográfica lo contrató. En un mes, sale su CD de puro reggae, al estilo Chicho. Mientras que María y Carmelo viven en una mansión para ellos y la nona. María trabaja en su propio restaurante de elegancia, y Carmelo dejó su asqueroso empleo por uno más digno. Es el manager de Chicho.
En la fiesta, María, Carmelo y Anyula se encuentran sentados. La nona come y don Francisco mira a una mujer.
Carmelo: Valió la pena.
María: Ella se ve feliz.
Anyula: Muy…
Carmelo: Me alegro tanto por ella, se lo merece.
Llega Martita.
Marta: ¿Les gusta? ¿Cómo la están pasando?
Carmelo: Excelente. ¿Y vos?
Marta: Ni te cuento.
María: Nos alegramos por vos, hija.
Nona: AAAh, mamma mia… (Suspiro.) Schitto. (Significa ‘exploto’.)
Don Francisco: No lo creo.
Llega Chicho y se sienta.
Chicho: Hey, Martita, ¿cómo la estás pasando?
Martita: Diez puntos.
Chicho: ¿Sabés qué? Hablé con Carlos sobre cuando se conocieron. (Martita abre los ojos.) Me dijo que tuvo suerte en levantarte esa noche.
Carmelo: ¿Levantarte?
Chicho: Entonces le pregunté si te habías caído, y me dijo que no. Se rió y me dijo que fuiste la mejor puta de todas. (Todos la miran con cara de sorpresa.)
María: ¡¡Martita!!
Marta (Los abraza y canta.): ¡No hay nada más lindo que la familia unida!

TELÓN

2 comentarios:

Adriana dijo...

Dirbi dijo: Graciela, realmente te felicito y felicito a los chicos, porque el guión es muy bueno, y, además, a pesar del cansancio de fin de año, están trabajando para llevarlo a escena. Es un placer compartir la escuela con una docentes y alumnos como Uds. El martes estaremos en el SUM con 2º2ª, para disfrutar de la representación. Un beso grande para todos. Adriana Maggio

María Graciela dijo...

Gracias, Adri, por acompañarnos siempre. También te agradezco las sugerencias y el espacio en el blog que me das.
Te esperamos junto con tus alumnos el martes en el SUM. Un Beso.

Graciela